Arquitecto: Pedro Castellanos Lambley
Cliente: Familia Quiñones
Año de Edificación: 1930

Pedro Castellanos fue, durante las décadas de 1920 y 1930, uno de los arquitectos más prolíficos y visionarios de Guadalajara, dejando una huella profunda en la historia urbana de la ciudad. A través de sus obras —de estilos variados pero siempre con gran calidad espacial y estética— se puede seguir la evolución arquitectónica de la capital jalisciense en la primera mitad del siglo XX.

La Casa Quiñones, concluida en 1930, es quizá su obra más lograda y uno de los primeros ejemplos de arquitectura moderna en Guadalajara. Frente a un contexto dominado por la casa tapatía tradicional, Castellanos proyectó aquí una residencia de líneas depuradas y volúmenes geométricos, que incorporaba el lenguaje funcionalista sin renunciar a detalles de refinado Art Déco. El acceso principal se enfatiza con un pórtico volado sostenido por columnas esbeltas, mientras que la gran ventana enmarcada hacia avenida La Paz exhibe una extraordinaria herrería de diseño geométrico y floral, uno de los elementos más distintivos de la finca. Los barandales metálicos de la azotea y los ventanales de ritmo vertical refuerzan la sensación de modernidad y ligereza.

Años más tarde, Castellanos se ordenaría sacerdote y desarrollaría una importante obra de arquitectura religiosa, pero la Casa Quiñones, junto con sus célebres “privadas”, permanece como una de sus realizaciones más admiradas. Gracias al rescate del arquitecto Iván Cordero, hoy el inmueble funciona como espacio cultural y de eventos dentro del Hotel Demetria, integrándose en un conjunto único junto con la Casa Franco de Luis Barragán.

Detalle de Barandal

Detalle de ventanal

Detalle de fachada