
Guadalajara Moderna / Colonia Lafayette
PEDRO MORENO 1677
Entre Marsella y General San Martín
Arquitecto: Pedro Castellanos Lambley (Casas habitación) / Leopoldo Fernández Font (edificio)
Cliente: Francisco Beckmann
Año de construcción: 1992
El caso de este edificio es único en la ciudad, por la forma en que se combinó el uso anterior con el actual del mismo. Construído a principios de los años 90’s, este mastodonte rectangular, de estilo posmoderno de 8 niveles de altura y tres subterráneos, se desplaza ocupando el 100% del solar, sin servidumbres frontales ni posteriores. Su fachada es de perfiles tubulares de aluminio color natural, estilo celosía, y que oculta eficientemente el uso del mismo que es principalmente de estacionamiento público y privado, aunque también tiene oficinas.
Tuve muchos sentimientos encontrados al analizar esta construcción, de los que finalmente me libré al concluir esta revisión. Anteriormente en el predio, existían al menos 4 casas unifamiliares del estilo de la Escuela Tapatía, de autoría, según tengo entendido, de Pedro Castellanos. El desarrollador adquirió las viviendas para construir un muy necesitado estacionamiento. La solución que utilizó así: Demolió las viviendas, dejando solamente la primera crujía; construyó su edificio, y luego remozó las fachadas de modo que quedaran muy cercanas, estéticamente, al proyecto original.
Preguntas surgen al observar esta obra; ¿Estará el desarrollador realmente respetando la historia y esencia de la zona? ¿O es un simple truco para lograr consumar sus objetivos económicos sin sentirse tan mal por haber reemplazado unas casas representativas de la época de la ciudad? Recordemos que antes de la década del 2000, en Guadalajara no existían leyes (o no se aplicaban) que protegieran el patriminio arquitectónico de la ciudad, y eso derivó en que durante años se destruyeran importantes edificios que hoy sólo podemos admirar en fotografías. Debemos también preguntarnos, sin embargo, si el beneficio económico para la zona, no sólo para el desarrollador, justifica la destrucción de cierto patrimonio que de otra manera sería ruina por ser inservible para los usos de esta época.
Estas preguntas recorrieron mi mente durante unos días después de tomar las fotografías que aquí muestro. Encontré, sin embargo, que si la ciudad debe evolucionar -y pienso que si- también debemos encontrar útiles los edificios que en ella existen, y de otra forma convertirlos siempre y cuando se respete la historia y la esencia de la zona donde se encuentran. Es un debate difícil, hay quienes quisieran que la ciudad se conservara intacta como hace 100 años. Otros quisieran ver una ciudad moderna, así se tenga que pagar el precio derribando construcciones que son poco más que piezas de museo. Yo creo que mientras nuestros gobernantes decidan ponerse de acuerdo y en vez de enfrentar a la ciudad, se aliaran con ella, los desarrolladores como el Ing. Brockmann tomarán decisiones que a la larga, conformarán ellas mismas la historia de época presente. En este caso, creo que se salvó el honor y el recuerdo de la historia, mientras el mismo espacio sigue ocupado por humanos y no por polvo y aire.
Primero: No fue el desarrollador el Ing. Brockmann, sino Juan Francisco Beckmann (el de tequila cuervo). Segundo: No se demolieron las fachadas. Se dejó un eje de aproximadamente 6 metros sin demoler, por lo que se dejaron las fachadas junto con las habitaciones del frente sin afectar. Esto implicó un trabajo especial de diseño estructural, mismo que hizo que la obra fuera ganadora al mejor proyecto estructural de 1995 por parte del Colegio de Ingenieros Civiles del estado de Jalisco.
Gracias por la información. Este sitio se construye por todos los que nos leen. Saludos!
y la fecha de construcción de la obra de pedro castellanos?
hola me pueden dar infomracion de la persona que escribio la nota, tengo algunas dudas que el pudiera resolver