
Guadalajara Romántica / Colonia Lafayette
VALLARTA 1581
CASA NAVARRO BRANCA
Entre Marsella y General San Martín
Arquitecto: Alfredo Navarro Branca
Propietario Original: Alfredo Navarro Branca
Año de construcción: 1918

Alfredo Navarro Branca fue uno de los arquitectos más prolíficos en la Guadalajara de la primera mitad del siglo XX. Su estilo fue cambiando con las modas de la época, desde el eclecticismo clásico hasta el funcionalismo, pasando por el art deco y el regionalismo. Su casa, ubicada sobre Av. Vallarta en el extremo poniente de las entonces colonias, nos permite descubrir cual era su verdadero gusto y es sin duda el reflejo del carácter aristocrático de su personalidad.
«Las Colonias», como se llamó a esta nueva forma de vivir importada de Estados Unidos y Europa gracias al movimiento City Beautiful, con sus ideas higienizantes y estéticas, eran el lugar para las familias adineradas que, al adquirir un terreno al poniente de Guadalajara, podrían acceder a un nuevo estilo de vivienda. Tal como lo proclamaba la nota titulada «La Colonia Reforma» en la primera plana de «El Informador» en su edición del 7 de abril de 1918 (año en que se inauguró la casa que nos ocupa):
«La ciudad antigua se encontró inadecuada para las necesidades que reclama la vida moderna, que exige más ventilación, más luz, más confort, y de aquí nació la idea de la formación de colonias donde se disfrutara de aire puro, de sol, de espacio».
El Informador, 7 de abril de 1918, p. 1
Tal era el caso de la Casa Navarro Branca, que originalmente ocupaba, adicionalmente al actual lote donde ese encuentra, los dos predios laterales, lo que hacía que la casa se encontrara en medio de un vasto jardín. Las casas de las colonias, con sus diseños de moda, amplios jardines rodeados de verjas de acero forjado y paisajismos elaborados, permitían no solamente vivir de acuerdo a estos conceptos (más mercadológicos que naturales) sino establecer un lugar dentro de la alta sociedad tapatía, que acostumbraba atender invitados en su casa, organizar bailes y eventos sociales.

La casa se desplanta actualmente sobre un predio rectangular de unos 850 metros cuadrados, lo que quedó de los aproximadamente 2 mil que ocupaba originalmente. Es de planta casi simétrica, con la entrada en medio a la cual se accede por una escalinata, un gran salón en el interior y las habitaciones a los lados. La fachada contiene elementos característicos del eclecticismo de la época, como columnas neoclásicas, ornamentos como guirnaldas y cornisas. Destaca sobre los demás elementos la puerta principal, con un marco resaltado por su ornamentación en argamasa en forma de guía vegetal de hojas de laurel. Los capiteles de las columnas de este mismo ingreso son también peculiares, pues se aprecia el ábaco con ornamentación de ovas y dardos. Otra característica de fachada única en la casa es el aplanado del pórtico o «porche» de la terraza, con un diseño de franjas entrelazadas formando un recuadro.

Existe una descripción maravillosa de los interiores de la casa escrita en 1993 por Fernando Partida Rocha, que habla sobre el bueno gusto de la Familia Navarro Branca en cuanto a sus objects d’art, y el savoir vivre que caracterizaba a la familia, pues en esa época se encontraban todavía intactos los interiores conservados por Alfredo Navarro Jr.:
«… son notorios los elementos elementos locales que le imponen un sello d originalidad, como son: Los pisos de barro y cantera. La casa no ha cambiad nada en su aspecto desde que fue construida, absolutamente todo es original, lo que la hace más interesante aún… que permite el perfecto lucimiento de buenas pinturas, mobiliario y arte…
…un óvalo colonial firmado por Cabrera y dos palmatorias de calamina, un altorrelieve de cantera italiano, una consola del siglo XIX, dos espléndidos tibores «Royal Viena», una sopera de Sevres y un espejo también del siglo XIX, un servicio Christofle antiguo, platos base en plata pura, mantel de Brujas, copas y licoreras de cristal de Bohemia y vajilla de Limoges…
…y un reloj y candelabros franceses de bronce, dos blandones de madera estofada procedentes de un antiguo castillo alemán del siglo XVIII.»
Partida Rocha, Fernando y Jaime Muldoon Gómez España. «Regreso al pasado». Club Social México. México N° 32, octubre de 1993. P. 21-27

Con el tiempo, el arquitecto Navarro Branca decidió que el gran predio original fuera subdividido. Una de sus últimas obras, ya experimentando con el estilo funcionalista, es el edificio de departamentos que se encuentra en el predio vecino al poniente de la casa, construido en 1950 y recientemente remodelado por el arquitecto Jaime Castiello Chávez.
Hoy la casa se encuentra en estado de franco abandono, y eso que gente vive ahí. Al parecer, un problema legal al fallecer el hijo del Arquitecto causó que por muchos años nadie se encargara de darle el mantenimiento adecuado. Los maravillosos objetos de arte que todavía existían en su interior en la última década del siglo pasado ya no están allí. Desde hace algún tiempo la casa se encuentra a la venta, a un precio exageradamente alto, seguramente inventado por alguien que quiere hacerse rico en una noche. Es un triste episodio para esta buena casa, y esperamos que su suerte cambie para bien.



Todo hiba Bien. Muy Bien Hasta que Nacieron Esos Pesimos Servidores Publicos Gobernandes de Mente Cerrada… A Desmadrar Todo.