
Guadalajara Moderna / Colonia Americana
ENRIQUE DÍAZ DE LEÓN 514
Edificio Urrea
Esquina Montenegro
Arquitecto: Julio De La Peña Lomelín
Propietario Original: Jesús Urrea Avilés
Año de construcción: c. 1955

Ejemplo casi intacto de la arquitectura de usos mixtos de Julio de la Peña, es también quizá una de sus obras mejor logradas, hecha con un presupuesto realista (a diferencia de sus obras públicas) y con una atención al detalle y los materiales inusuales para un arquitecto con tan prolífico portafolio.
El edificio en cuestión está ubicado en los límites orientales de la Colonia Americana, en la esquina de la calle Montenegro y la que fue Av. Tolsá, hoy Enrique Díaz de León, en la acera sur poniente. Fue construido como un edificio de rentas, que consiste en 14 departamentos de entre 85 y 240 metros cuadrados, y 9 locales comerciales de entre 25 y 230 metros cuadrados. El edificio completo se desplanta en un terreno de aprox. 1,675 metros cuadrados en cuatro niveles, separados por tres núcleos de lobby con escaleras principales y tres de escaleras de servicio. Cada unidad tiene un cajón de estacionamiento.
Arquitectónicamente, De La Peña logró un edificio claramente funcionalista. El uso de materiales como el ladrillo, los aplanados de cemento y la cantera rosa juegan un papel fundamental en dividir el volumen horizontal en diversos segmentos, dándole al edificio un carácter barrial, restándole pesadez y mezclándolo con el contexto que en la época consistía principalmente de casas habitación unifamiliares. En fachada, destaca la esquina del edificio, donde un muro curvo que aloja las escaleras forma una especia de embudo que lleva al usuario hacia la entrada, protegida del espacio público por una celosía vertical. El mismo núcleo, protagonista de la composición general, muestra ventanas de «ojo de buey» a lo largo de su verticalidad.

Para hacer más eficientes los espacios interiores y rompiendo la masa horizontal, De La Peña decidió hacer tres edificios funcionalmente hablando; cada uno con su entrada y vestíbulo, y núcleos de escaleras. Cada una con un estilo y solución distinta, y cada unidad interior es distinta a la otra, lo que hace más interesante todavía la solución arquitectónica integral. En planta, el edificio tiene forma de «L», donde un patio provee de luz y ventilación a cada unidad creando corrientes de aire naturales que hacen innecesaria la climatización artificial. Adicionalmente, las unidades más grandes tienen chimenea, algo inusual en un edificio de departamentos en Guadalajara.
En el interior, destaca el lobby cuyo ingreso se encuentra sobre E. Díaz de León, con su escalera en espiral que recuerda a los vestíbulos art deco de los 30’s y 40’s del siglo XX. El diseño y manufactura del barandal de la escalera es genial, aunque el tiempo no ha perdonado y la mayor parte de los segmentos de carpintería están incompletos. Genial también el tragaluz, un domo con vitro-block para iluminar el espacio.

Hoy el edificio está en venta y en estado de semi abandono, aunque algunas unidades siguen ocupadas. Su arquitectura ha sido respetada en su mayor parte, con la excepción de las cortinas de metal en locales. El edificio representa una buena oportunidad de restaurar o remodelar los interiores para crear unidades más ad-hoc con el mercado actual, sin modificar la fachada y sus espacios importantes interiores sustancialmente, lo cual es perfectamente posible. En un local de planta baja estuvo el restaurante «Carnes Asadas Tolsá» desde 1965 hasta hace no mucho.






Yo viví en ese edificio como 2 meses. Es impresionante lo grande que son los deptos. Incluso hasta chimenea tienen. Tienen techos de altura y media y cuarto de servicio junto a un gran patio que hoy en día sería lo del espacio que ocupa un departamento en los nuevos desarrollos.