
Cada vez que voy al aeropuerto de Guadalajara, paso por el Parque Liberación, antes conocido como El Deán. Es un gran (grande) parque, de unos 240 mil metros cuadrados, con más de 800 metros líneas de frente hacia Lázaro Cárdenas, una de las vialidades más transitadas de la ciudad.
El parque Liberación tiene un gran lago, cancha de fútbol, alberca, canchas de basquetbol, áreas de picnic con asadores, muchos y grandes árboles y hasta un tren antiguo como museo de sitio. Pero al parque le falta lo más importante: Gente. ¿Por qué?
La gente no usa los espacios públicos sólo porque están allí y porque sus diseñadores así lo pensaron.
Hay varias razones; Primero, la zona es muy transitada pero por autos, no por gente. El parque tiene una reja perimetral con algunas entradas, cientos de metros separadas unas de otras. Es tan difícil entrar como salir de él, lo que lo hace peligroso. Está enclavado en medio de una zona netamente industrial, donde mucha gente trabaja, pero poca gente vive. Y por último, es MUY grande. Es fácil perderse dentro del mismo y su forma poco común hace que sea difícil recorrerlo completo.

La gran urbanista autodidacta, Jane Jacobs, habla sobre los parques en su libro “The Life and Death of Great American Cities”. En él, Jacobs identifica algunos factores que hacen que un parque sea exitoso (tenga gente) o no lo sea (no tenga gente). Vale la pena revisar sus apuntes sobre ello (y compartirlo con las autoridades correspondientes de su ciudad) para analizar que necesitan nuestros parques existentes para llenarse de gente.
1. La gente no usa los espacios públicos sólo porque están allí y porque sus diseñadores así lo pensaron.
Parecería que, debido a que casi todas las grandes ciudades de México, según la estadística, no reúnen el mínimo de áreas verdes recomendables por habitante (http://www.euro.who.int/__data/assets/pdf_file/0010/342289/Urban-Green-Spaces_EN_WHO_web.pdf), el simple hecho de poner más parques los haría exitosos. La realidad es que un parque mal ubicado y/o mal diseñado no funcionará, por las razones que más abajo comentaremos. No sirve solo poner parques porque tenemos el espacio disponible. Hay que analizar su uso y localización.
2. «Los parques son los pulmones de la ciudad». No necesariamente…
Los estudios y sus conclusiones sobre la importancia o relevancia de los árboles urbanos como “limpiadores” de la atmosfera son mixtos (https://www.bbc.com/news/science-environment-37813709, https://www.iflscience.com/environment/greener-not-cleaner-how-trees-can-worsen-urban-air-pollution/, https://www.telegraph.co.uk/news/2017/05/17/trees-trap-pollution-congested-city-streets-plant-hedges-instead/). La verdadera importancia de los parques no debe radicar en su eficiencia para limpiar el aire, sino en el valor agregado que aportan como espacios de esparcimiento, relajación, estética, etc.
3. Se espera demasiado de los parques urbanos. Los parques en la ciudad son afectados directa y drásticamente por lo que sucede a su alrededor, y no al revés.
Todos los parques urbanos son producto de su entorno. Un parque en una zona conflictiva no la va a arreglar por sí solo, más bien el parque se verá afectado. SI el parque está en una zona de alto crimen, no se puede esperar que él por sí solo resuelva ese problema. Al contrario, esto afectará el funcionamiento del parque y lo convertirá en un lugar peligroso, incluso acentuando la criminalidad e sus alrededores.

4. Los parques muy exitosos, rara vez tienen competencia de otros parques o lugares públicos. Se beneficien de cierto «valor de ser escasos».
El mismo principio de competencia en los negocios, aplica para los parques. A menos que ofrezcan actividades específicas que atraigan a cierto “mercado”, los parques se repartirán a las personas que los visitan. Dos parques grandes en el mismo barrio se sentirán vacíos a menos que tengan actividades muy específicas.
5. Los buenos parques tienen un diseño específico.
En general, tienen 4 elementos básicos: a) Muchas actividades que hacer en ellos; b) Un centro o punto focal, un escenario para las actividades de la gente; c) Sol y sombra, puro árbol y sombra no es muy bueno; y d) son compactos, si son muy grandes o abiertos no son confortables.

6. Los peores parques son esos ubicados donde no pasa la gente caminando.
¿Se acuerdan del Parque Liberación? ¿Parques en las orillas de las ciudades? La gente puede utilizarlos para ir a correr, pasear al perro u observar la naturaleza, pero si no tienen tráfico tendrán poco uso.
7. La gente usa el parque porque tiene oferta variada: campos deportivos, carnavales, juegos, etc.
Necesitamos una buena razón para ir al parque. Si queremos caminar, es más divertido hacerlo por la banqueta, con muchas cosas que ver, mucha gente y por lo tanto mucha actividad. Los parques tienen que tener una “oferta” suficiente para atraer “clientes”. Estas actividades en los parques combaten el instinto destructivo de la gente: Contacto con más personas, trabajar o juegos violentos o de competencia. Liberar la energía, divertirnos o relajarnos es parte de una sociedad más sana física y emocionalmente.