Guadalajara 1910: Historias de un Viajero

En el año de 1910, el historiador y escritor italo-mexicano Adolfo Dollero viajó a la ciudad de Guadalajara como parte de un largo viaje a través del país, que luego publicó en su libro «México al día – Impresiones y notas de viaje», en 1911. Aquí, reproduzco sus impresiones sobre Guadalajara, que incluyen datos curiosos, observaciones detalladas y algunos nombres de las personas que hace más de 100 años daban forma a esta ciudad.

Adolfo Dollero
Adolfo Dollero

Después de haber visitado Ahualulco, continuamos nuestro viaje directamente hasta Guadalajara, la Andalucía de México, la Perla de Occidente, cuyas mujeres, «dancitas y jarabes» y bellezas naturales de los pintorescos alrededores son cantadas por todos los poetas mexicanos.

Cuando llegamos a Guadalajara la estación estaba pletórica de de gente: afuera pululaban coches de sitio, coches particulares, ómnibus de los hoteles y cargadores. En seguida comprendíase que habíamos llegado a una ciudad de verdadera importancia.

Bajamos al Hotel Francés del que quedamos muy satisfechos durante toda nuestra permanencia de Guadalajara. La ciudad tiene aproximadamente 118,000 habitantes y está edificada a 1,540 metros sobre el nivel del mar. El clima tiene tendencia al calor, pero no es malsano ni se trata de un calor exagerado: las porcentuales que arrojan las tablas demográficas son inferiores a las de la capital de la República.

[…] Una gran parte de las amplias y derecha calles de Guadalajara está bien asfaltada  la ciudad tiene también alumbrado eléctrico, agua potable y drenaje. Hay edificios soberbios entre los cuales merecen ser citados el Palacio de Gobierno, la Penitenciaría (de Escobedo), el Hospicio Cabañas, el Teatro Degollado, el Palacio del Arzobispado, el Hotel García y muchos otros de propiedad particular.

Palacio de Gobierno de Guadalajara, circa 1895
Palacio de Gobierno de Guadalajara, circa 1895

También vimos muy bonitas iglesias: la Catedral, la de Santa Mónica, el Sagrario, etc.
El mismo día de nuestra llegada a Guadalajara, recorrimos en tranvía eléctrico casi toda la ciudad, quedando muy sorprendidos por sus espléndidas «colonias», que son los barrios más modernos, llenos de edificios elegantes con amplios y bellísimos jardines  en donde las palmas y los plátanos alternan con las plantas de ornato de mil especies. En Guadalajara hay también una infinidad de jardines públicos muy bien atendidos: el parque del Agua Azul, la Alameda, el parque Carmen Romero Rubio, el Verde; los jardines de San Diego, de San Francisco, Prisciliano Sánchez, Hidalgo, Juárez, Porfirio Díaz, Zaragoza, y otros.

Guadalajara está unida por medio del F.C. Central al Norte, y a la Capital de la República; también tiene una salida sobre el Océano Pacífico con la línea que va a Colima y a Manzanillo y pronto estará también unida a Mazatlán por el ferrocarril del Sud-Pacífico cuyos trabajos procedían activamente a pesar de las enormes dificultades que presentaban el trazo de Tequila a Ixtlán.

En las noches íbamos seguido a la plaza principal en donde el óptimo maestro italiano Hugo Barducci, dirigía la Banda de la Gendarmería que enorgullece a los «tapatíos». La plaza estaba siempre llena de gente y y alrededor del jardín daban vuelta magníficos coches particulares con trenes muy lujosos.

Admiramos allí una infinidad de señoras y señoritas no inferiores a la fama que Guadalajara ha conquistado por ese concepto; eran elegantes, muy bien peinadas y casi siempre a cabeza descubierta, excepto en los días de fiesta.

Lobby del Hotel García, 1910
Lobby del Hotel García, 1910

[…] Hay en Guadalajara varias industrias importantes, de las cuales visitamos algunas. La primera fue la fábrica «Progreso Mexicano» del señor Julio Collignon. Se fabrican en ella válvulas  robinetes y conexiones de bronce y latón para tubos y máquinas y existe además una pequeña fundición anexa. La maquinaria americana y alemana está movida por electricidad y es en su mayor parte muy moderna.

[…] Visitamos inmediatamente después la del señor Carlos Hering, otro ciudadano alemán que posee grandes talleres de fundición y de reparaciones de piezas de refacción para maquinaria: anexo hay un departamento eléctrico completo. La especialidad de la Casa Hering consiste en la instalación de fábricas de alcohol y de refinerías de azúcar  Las principales del Estado de Jalisco han sido montadas por dicha casa, que está considerada entre las mejores de la República.

De ella nos pasamos a la Cervecería Estrella del señor Juan E. Ohrner, también movida por energía eléctrica; estaba bien montada, con maquinaria norte-americana, notándose en todas partes una gran limpieza. Vaucresson constató que se usaba mucha avena y lúpulo verdaderamente importado; por lo tanto las cervezas eran muy buenas y especialmente la marca «Export» nos pareció excelente.

En Guadalajara hay también otra cervecería que goza de buena fama, «La Perla».

Ese mismo día visitamos «La Parisiense, S.A.», fábrica de jabones y de perfumes que produce mercancía verdaderamente buena y muy bien presentada.

[…] Pude observar entonces que abajo de latón había una indicación que rezaba textualmente «Fianza de 200 pesos» y habiéndole preguntada la razón de ello, supe que en Guadalajara todos los cargadores con licencia deben garantizar de esta manera su manejo para con el público.

Observé también que en el estado de Jalisco todos los hombres del pueblo bajo han adoptado el uso de los pantalones, mientras que en la Capital de la República muchos usan solamente unos como calzoncillos de tela que no son el «non plus ultra» de la decencia.

[…] Existen todavía algunas fábricas de zapatos, varias de ladrillos y mosaicos de una arcilla conteniendo unos óxidos tales que adquieren un color rojizo de muy bonito efecto, y una infinidad de industrias menos importantes.

Además en Guadalajara está establecida la «Cía. Industrial de Guadalajara, S.A.» con uno capital de dos millones de pesos, que posee tres fábricas de hilados, tejidos y estampados de algodón: «Atemajac«, «La Experiencia» y «Río Blanco«, situadas a unos kilómetros de la ciudad y todas movidas por electricidad producida por una instalación propia de 2000 HP. Las telas que fabrican son de muy buena calidad y muy solicitadas.

Un tranvía eléctrico circulando por Atemajac, circa 1915
Un tranvía eléctrico circulando por Atemajac, circa 1915

[…] Hemos visitado también un barrio distante una media hora de tranvía eléctrico, en donde muchas familias acomodadas pasan los meses más cálidos: San Pedro Tlaquepaque. Hay allí muchos almacenes de objetitos, estatuitas, caricaturas, cuadros típicos mexicanos, todo fabricado con una arcilla especial que los indígenas modelan a mano con maestría maravillosa. Esta industria llamada alfarería ha adquirido en Guadalajara mucho renombre, porque los indios tienen un gusto artístico especial, y hacen trabajos magníficos, que después de cocidos, pintan de una manera muy perfecta con colores muy chillones.

Un tranvía circulando por San Pedro, circa 1925
Un tranvía circulando por San Pedro, circa 1925

En San Pedro podéis comprar estatuitas o bajorrelieves que representan corridas de toros, los tipos más salientes de México como el aguador, la tortillera, el charro, los bailes regionales, escenas de caza emocionantes, etc. Un indígena apellidado Panduro hizo en muy poco tiempo el retrato de Vaucresson, modelándolo con los dedos con sorprendente habilidad.

Garita de San Pedro, 1880
Garita de San Pedro, 1880

Regresamos muy satisfechos de nuestra ida a San Pedro Tlaquepaque y el día siguiente salimos para Juanacatlán, en donde está la gran fábrica de Río Grande y la planta eléctrica de la compañía que tiene a su cargo el alumbrado de Guadalajara. Vaucresson no nos acompañó para quedarse con Luz que debía pasar algunos otros días con la señora, su amiga: debíamos volvernos a ver después de nuestra próxima excursión a Chapala y alrededores.

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8 comentarios en “Guadalajara 1910: Historias de un Viajero

  1. Definitivamente una descripción que nos relata con elovuente sencillez la importancia de nuestra Guadalajara en esos años da la impresión que si gobernantes y ciudadanos hubieran seguido esa línea de desarrollo esta ciudad sería mucho más desarrollada de lo que está aunque sé que ha sido vanguardista en muchos aspectos.

  2. Muy interesante todo el trabajo que estás haciendo necesitamos hacer algo nosotros los tapatíos x nuestra ciudad para q no se pierda x completo lo q queda.
    La secretaria de cultura desgraciadamente con su omisión y el poco interés de los gobernadores y alcaldes de Guadalajara no les preocupa q los edificios se pierdan.

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