
Guadalajara Moderna / Ladrón de Guevara
AV. LÓPEZ MATEOS NORTE 400
Torre Conimex
Entre Reforma y Garibaldi
Arquitecto: Francisco Medina Robles
Cliente: ?
Año de Edificación: 1981
Durante muchos años, el eje vial compuesto por Av. López Mateos, en su tramo de la Minerva hasta Av. Américas, y que iniciaba y terminaba en glorieta, estuvo anclado en cada uno de sus extremos por edificios de gran altura (para la época, y para la ciudad).
En la glorieta Minerva primero fue la Torre Minerva, mejor conocido como el Edificio Moragrega, obra del arquitecto austríaco Eric Coufal (y que espero discutamos en artículo posterior, por su importancia). Este fue terminado en el año 1967 y se erigía como símbolo de la modernidad que alcanzó a la ciudad en los años 60’s, con sus avenidas ampliadas, y sus nuevos rascacielos. Recordemos que en 1963, sobre la Calzada Independencia, se terminó de construir el Condominio Guadalajara, de 26 pisos y 90 metros de altura, y que por más de 30 años fue el edificio más alto de la ciudad.
Más al norte, en 1972 fue terminada la Torre Américas, justo en la Glorieta Colón, confluencia de las Avenidas López Mateos, Américas y Circunvalación Jorge Álvarez del Castillo. Esta, con 25 niveles, se alzaba solitaria como el único rascacielos de la zona. Más tarde en 1982, se terminó de construir el Hotel Fiesta Americana, de vuelta en la Minerva, y que con su enorme masa opacó el edificio de Coufal y volvió a darle fuerza al eje norte-sur de la Av. López Mateos.
Pero unos meses antes a finales de 1981, el arquitecto Francisco Medina Robles terminó de construir un esbelto pero elegante edificio de oficinas en el punto medio entre las glorietas Minerva y Colón. Esta estructura de 23 niveles, llamada Torre Conimex, rompía la horizontalidad de la zona de las colonias Circunvalación Vallarta y Ladrón de Guevara, así como la hegemonía de altos edificios a los extremos de la Avenida López Mateos.
El edificio ocupa la totalidad de un pequeño predio triangular que dicta la planta del edificio. Con el lado más largo hacia la Avenida principal, el edificio crea dos ángulos agudos y uno recto. La fachada combina únicamente dos materiales, cristal oscuro y concreto martelinado, ensamblados de tal forma que acentúan la verticalidad del edificio al correr en líneas delgadas y continuas por todo el largo del volumen, creando un edificio escultórico que carece de pretiles o cerramientos y que le da un carácter sencillo y ligero.
Es innegable el parecido que la Torre Conimex tiene con la Torre Américas. Ambas de planta triangular (esto en ambos casos, sin embargo, era la mejor solución arquitectónica por la ubicación y forma del predio) y con una intención claramente vertical, los dos edificios de oficinas parecen hermanos de la misma madre y diferente padre. Mientras que el edificio de la glorieta Colón mantiene un carácter más serio y su intención es la de dominar la glorieta con aires grandiosos, Medina Robles proyectó su edificio con un carácter más sencillo aunque igualmente estilizado.
El tiempo, sin embargo, ha dado trato distinto a los dos inmuebles. Mientras que la Torre Américas sufre de abandono y descuido de parte de sus dueños, y el material de sus fachadas se cae como pellejo viejo (el edificio está recubierto de pequeñas piezas de mármol blanco), la Torre Conimex se muestra físicamente entera, aunque sufre, como la mayoría de los inmuebles de esa época, de pocos inquilinos debido a su falta de estacionamiento. Los problemas de antes eran diferentes a los de hoy, pero eso hasta para los mejores arquitectos y desarrolladores de le época, era imposible saberlo.
*Nota 2022: Desde hace un par de años, la torre presenta una estructura metálica en una de sus fachadas para colocar letreros publicitarios. Una lástima que ello suceda ya que le resta significativamente a la arquitectura del edificio.