Juárez 470

Juárez 470, fachada (foto: Xavier Iturbide, 2025)

Guadalajara Moderna / Centro Histórico

JUÁREZ 470

Esquina Ocampo

Arquitecto: Desconocido
Propietario Original: Desconocido
Año de construcción: 1950

La ampliación de la avenida Juárez, ejecutada entre finales de la década de 1940 y los primeros años de 1950, fue una de las intervenciones urbanas más agresivas en la historia de Guadalajara. Bajo el gobierno de Jesús González Gallo, y en consonancia con el proyecto nacional de modernización posterior a la Segunda Guerra Mundial, el centro histórico fue profundamente transformado para adaptarse a una ciudad pensada ya no para el peatón o el tranvía, sino para el automóvil y la velocidad.

El ensanche de Juárez implicó la expropiación y demolición de decenas de edificios históricos, generando una nueva traza vial y, como consecuencia directa, predios residuales de geometría irregular. El edificio ubicado en Juárez 470 es uno de los ejemplos más extremos de esta condición: su ala oriente presenta una sección extraordinariamente angosta (apenas alrededor de 1.80 metros de muro a muro, más un pasillo exterior de circulación) que lo convierte, con justicia, en uno de los edificios habitacionales más estrechos de la ciudad.

Pese a esta singularidad urbana, el conjunto no es una mera rareza. En su volumen poniente, de proporciones más convencionales, el edificio desarrolla una arquitectura moderna sobria, cercana a un art déco tardío y simplificado: ritmo regular de vanos, balcones corridos con barandales metálicos de diseño geométrico y una composición horizontal claramente marcada. La torre esquinera, en cambio, enfatiza la verticalidad y resuelve con ingenio un problema urbano impuesto por la nueva alineación vial, funcionando casi como un remate escultórico en la esquina de Juárez y Ocampo.

Funcionalmente, el inmueble alberga departamentos mínimos, propios de una arquitectura de transición entre la vivienda tradicional del centro histórico y las nuevas tipologías modernas de renta, surgidas al calor del desplazamiento paulatino de las familias hacia los fraccionamientos del poniente y del auge comercial del corredor Juárez.

El contraste con el edificio contiguo, ubicado en Ocampo 80, una notable construcción de cantera con mascarones y molduras de gran calidad, subraya de manera elocuente la ruptura histórica que vivió esta zona: dos edificios vecinos, separados por apenas unos metros, representan dos ciudades distintas y dos concepciones opuestas del valor del patrimonio urbano.

Más que una curiosidad arquitectónica, Juárez 470 es un testimonio construido de la “devastación arquitectónica” del centro de Guadalajara y, al mismo tiempo, una muestra clara de la capacidad de la arquitectura moderna para adaptarse, con mayor o menor fortuna, a los vacíos y cicatrices dejados por la modernización acelerada de mediados del siglo XX.

Juárez 470, detalle de fachada (foto: Xavier Iturbide, 2025)
Juárez 470, detalle de fachada (foto: Xavier Iturbide, 2025)
Juárez 470, fachada por calle Ocampo (foto: Xavier Iturbide, 2025)

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